Era por fin la vida real, con mi corazón a salvo, y condenado
a morir de buen amor en la agonía feliz de cualquier día
después de mis cien años.
jueves, 5 de abril de 2012
Tengo amor, sueño, hambre. ¿Amaneció?
-Es de día, pero aún hay estrellas. El sol viene de lejos hacia nosotros y
empiezan a galopar los árboles. Escucha. -Yo quiero morder tu quijada.